viernes, 31 de octubre de 2014

CEMENTERIOS JUDÍOS MEDIEVALES



   Estas fechas en las que se hace mención a los muertos y en las que con mayor o menor colorido folclórico según la cultura y país en el que uno se encuentre, se visita los cementerios, merece la pena prestar atención a los restos que en Sefarad quedan de cementerios y otros elementos funerarios judíos.
Y utilizo el término Sefarad, porque esos cementerios son tan antiguos, que quienes fueron enterrados ahí realmente fallecieron sintiendo que eran enterrados en la tierra que ellos llamaban así.
Nadie va a poner flores, ni a visitar esas tumbas en un afán de demostrar a sus moradores que se piensa en ellos y se les recuerda.
Esta entrada puede cumplir esa doble misión. Por un lado mostrar los vestigios de otro aspecto  de la vida y cultura judía en la Península Ibérica y por otro hacerles una visita virtual a modo de rito y homenaje en las fechas de Todos los Santos.

 Fuente:http://arqueologiatoledo.blogspot.com.es/2014_10_01_archive.html
http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/0012/toletum12_martincementerio.pdf

Para las comunidades judías, el cementerio responde a la necesidad de disponer de un lugar en el cual los cuerpos puedan descansar  mientras esperan la resurrección. Era para ellos  tan importante, que adquirían el espacio destinado a hacer la función de necrópolis, antes que el de la sinagoga.
Solían situarlo a distancia del pueblo, en la ladera de un monte ( Montjuic es el topónimo de monte judaico), bajo protección de un castillo o extramuros y casi siempre protegido por un muro.

   Cuando una localidad disponía de  una judería importante, dicha localidad disponía de dos o más   cementerios según el volumen de su población. Un ejemplo entre otros muchos fue Toledo, en donde que se haya averiguado hasta la fecha, existieron dos cementerios, uno situado en el "Cerro de la Horca" y otro en la Fábrica de Armas, en el sector de la Vega.
Los habitantes judíos de núcleos rurales pequeños, al no disponer de cementerio, acudían a otras poblaciones cercanas a enterrar a sus familiares.

Los cuerpos solían enterrarse en posición decúbito supino, con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y la cabeza inclinada hacia un hombro. Solían orientar preferentemente los cuerpos hacia el Este ( Jerusalem), aunque se han encontrado en otras posiciones, posiblemente por necesidades de espacio.
Foto extraída de esta noticia interesante:http://www.arqueologiamedieval.com/articulos/131/

La sepultura se señalizaba con una lápida, en la cual se colocaba una inscripción a modo de epitafio significativo para los familiares y conocidos del fallecido, un año después del entierro.



Esta lápida es una de las más antíguas, junto con la lápida trilingüe de Tortosa ( s. VI) y la de Calatayud (año 919). Se encontró en unas excavaciones en Córdoba, en el barrio de Zumbacón.
En la inscripción aparece el nombre del fallecido, el año de su óbito y una oración, que fue traducida por José Ramón Ayaso Martínez así:
 
" Esta es la sepultura de Yehudá hijo del Rabí Akón, de bendita memoria,
su espíritu esté con los justos.
Murió el Viernes tres de Kislev del año 606 ( 6 de Noviembre de 845 d.c)
Descanse su alma en el haz de los vivientes".
La lápida puede proceder de la necrópolis hebrea que se ha encontrado en los Santos Pintados, en la ciudad de Córdoba.

Lápida Triningüe de Tortosa (s.VI). Está grabada en hebreo, griego y latín. Está dedicada a una mujer llamada Meliosa.

   El cementerio judío de época medieval más grande de Europa, fue el encontrado en Montjuic y que fue declarado en el año 2007 Bien de Interés Nacional. Data del siglo XI (1091) y perduró hasta que en 1391 fue saqueado. Hasta el momento se han encontrado 700 tumbas, de las que sólo una mantenía la lápida. Y en el año 2012, el gobierno de la Generalitat otorgó la máxima protección patrimonial, gracias a la cual el carácter sagrado que tiene para los judíos este espacio, está garantizado.


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