FIESTA DE "CATORCENA"

   Este cuadro preside la entrada a la Sinagoga Mayor de Segovia. Se titula "El Milagro de la Eucaristía, o del Corpus Cristi" y fue pintado en 1902 por Vicente Cutanda.
En otro momento se hablará de esta Sinagoga y de la judería de Segovia, porque su belleza e historia lo merecen.
Y es que la historia que narra el cuadro, y que ha dado lugar a que se celebre la fiesta y procesión de la "Catorcena", contrasta con el clima actual que se respira de tolerancia, información y oferta cultural que se ofrece al turista que pasea por la judería de Segovia. Y dado el carácter irreverente, mordaz, falso y anacrónico del contenido del cuadro, escribo sobre él con la etiqueta que le corresponde.

   El relato reproduce el intento frustrado de profanación de una Sagrada Forma en 1410, al ser vendida ésta por el sacristán de la iglesia de San Facundo, al rabino de esta Sinagoga. Hay contradicciones en cuanto a si era rabino o médico en el relato de las hermanas Clarisas. Y que cuando los judíos, como colectivo, intentaron cocerla en un caldero, no coinciden las versiones en si con  agua o con aceite hirviendo, la Sagrada Forma levitó y volando llegó al monasterio de Santa Cruz la Real, después de que se abriese una gran grieta en el muro de la Sinagoga.
El Obispo de Segovia, investigó el suceso y se acusó al sacristán, a quien por confesar se le dejó libre. Al médico o rabino, o ambas cosas, en cambio se le condenó a muerte.Hay versiones en las que junto al rabino, también se dio muerte a los judíos, seguimos con el colectivo. Y que el rey Juan II, confiscó entonces la Sinagoga y la llamó  Iglésia del Corpus Cristi, dándosela a las hermanas Clarisas hasta la actualidad, quienes mantienen el cuadro pulido en perfectas condiciones, en primera plana a la entrada a la Sinagoga y afirman que la leyenda se fundamenta en  hechos históricos.
Lo que no especifican las monjas Clarisas, mas que con vaguedades, quizá por falta de conocimientos, es que durante el siglo XIV aparecieron muchas leyendas y bulos dirigidos a perjudicar a las comunidades judías, todas ellas son responsables de matanzas, robos y esas sí, verdaderas y auténticas profanaciones y ultrajes en Sinagogas y juderías. Como ocurrió con esta Sinagoga Mayor de Segovia.
Esta historieta de la Sagrada Forma, fue inventada en 1415 por Alonso de Espina, que se caracterizó por ser bastante antisemita, además de intolerante, algo resentido y cruel.
Años atrás, en 1411 y años siguientes, Vicente Ferrer llegó a Segovia para predicar contra los judíos y provocar conversiones mediante la extorsión y la calumnia.
En 1412,en un ambiente enrarecido por estos hechos, los tutores del rey Juan II,promulgaron las leyes de Ayllón, según las cuales se limitaba drásticamente la libertad jurídica y administrativa de los judíos en sus juderías, además de que se segregasen las juderías, amurallándolas, del resto de los barrios, es decir, que la judería se convirtiese en un gueto.
En ese mismo año,mediante la Pragmática de Valladolid, en especial la disposición quinta por la que se prohibió a los judíos ejercer en puestos de influencia, se apartó de la corte entre otros a Abraham Benaviste.
En el párrafo 2º, se prohibe a los judíos y árabes ser especieros, boticarios, cirujanos o médicos,  Es en este contexto, consecuente a  la Pragmática de la reina Catalina de Lancaster, en el que el médico del rey Enrique III, Meir de Alguadex en Segovia,  lo mismo padecieron otros, fue acusado en falso y asesinado de forma atroz, después de haber sido obligado a autoinculparse bajo tortura del asesinato del rey, esposo de Catalina de Lancaster, que no de haber profanado nada.
En efecto, era médico y sirvió con gran dignidad a su rey, recibiendo reconocimientos de Enrique III tal como está registrado en los libros de la corona. Aunque Enrique III murió en Toledo, y en esos momentos Meir estaba en Segovia, padeció las consecuencias de las intrigas políticas y del antisemitismo dominante en su época.
Y se utilizó convenientemente este argumento, para tiempo después, ya durante el reinado de Juan II, hijo de Enrique III, despojar a la Sinagoga Mayor de sus funciones y convertirla en iglesia.

Resulta anacrónico y desde mi punto de vista irrespetuoso y de gran ignorancia por parte de las autoridades en Segovia, permitir que se mantenga este cuadro colgado en la pared del templo, así como seguir difundiendo con carácter de verdad en los dípticos que se facilitan en él, semejante leyenda, falsa tal como se ha comentado.